
La mayoría de las personas, en algún momento, nos hemos cuestionado el sentido de nuestra vida, nos hemos preguntado quiénes somos, de dónde venimos, cómo existimos o sí hay vida después de la muerte. En definitiva, nos hemos interrogado acerca del sentido de la vida, de nuestro lugar en el mundo y de qué hacer con nuestra existencia.
PROGRAMA ANUAL DE ESTUDIOS BUDISTAS
Es un programa de tres años de duración que incorpora enseñanzas, lecturas, estudio académico y práctica de meditación. Este programa puede ser cursado en su totalidad o por cursos anuales de forma independiente. Se puede acceder al programa en cualquiera de sus cursos no siendo necesario que se sigan los mismos por orden. Los módulos de inicio de todos los cursos servirán al alumno no introducido en el budismo como marco de referencia de la visión budista.
El programa de estudios budistas puede seguirse de forma presencial o vía online.
Consejos budistas para la vida diaria
Nuestro Maestro Muy Ven. Lama Geshe Tsering Palden nos da enseñanzas todas las semanas sobre distintos temas: cómo conseguir la felicidad y disminuir el sufrimiento, el amor benevolente, la compasión, etc.
Tiempo de canto y mudra
En Tiempo de canto y mudra aprenderemos a utilizar instrumentos tántricos, la recitación de las prácticas en tibetano, la entonación de los mantras y el uso de los mudras.
Periódicamente nuestro Maestro Muy Ven. Lama Geshe Tsering Palden imparte cursos de fin de semana, que tratan sobre aspectos concretos de la filosofía budista o comentan textos clásicos. El objetivo de estas enseñanzas es el logro de la felicidad estable y duradera, con absoluta independencia de las circunstancias que nos rodeen.
Los retiros permiten desconectar por unos días de nuestras actividades y preocupaciones habituales, proporcionándonos todas las condiciones necesarias para sumergirnos en nuestro interior y encontrar un camino hacia la paz interna.

Combatiendo el egoísmo
La Rueda de las Armas Afiladas La Rueda de las Armas Afiladas, de Dharmarakshita, es un texto imprescindible en el budismo mahayana y una de las principales obras de referencia sobre adiestramiento mental (Lo yong) del budismo tibetano. Las 119 estrofas de esta concisa obra revelan la imperiosa necesidad de extirpar el egocentrismo de nuestros corazones, origen de todos nuestros males. Dharmarakshita explica indirectamente el funcionamiento de la ley de causa y efecto, por la que nuestras acciones incorrectas se convierten en un bumerán (la rueda de armas afiladas) que regresa a nosotros en forma de pesar y sufrimiento. Junto con La Práctica del Bodhisattva (Bodhicharyavatara ) de Shantideva es una referencia obligada en las enseñanzas sobre el desarrollo del altruismo universal (bodichita). El título completo de este texto es “La rueda de las armas afiladas que golpea certeramente el corazón del enemigo”, un enemigo interno, resultado de la mente egoísta y la ignorancia que se aferra al yo, raíz de todas las aflicciones y, por lo tanto, de todo sufrimiento. Se muestra también en detalle cómo los seres se ven obligados, por estas dos actitudes, a cometer innumerables acciones negativas y el resultado de todo esto que es el sufrimiento. Con “La Rueda de las Armas Afiladas” se nos dice que cualquier acción negativa que hagamos se volverá contra nosotros describiendo un círculo completo; y la expresión “golpea certeramente el corazón del enemigo” nos indica que no hay más enemigo que nuestro propio engaño y que el “corazón” de estos engaños no es otro sino la actitud de autoestima. El adiestramiento mental nos ayuda a encontrar la clave para atacar a nuestro verdadero enemigo y subyugar nuestro egoísmo devastador. Todos tenemos necesidad de adiestrar la mente, aunque tengamos capacidades y tendencias distintas, porque si la permitimos comportarse de acuerdo a sus instintos, no conseguiremos ser felices. Pero es importante darse cuenta de que este adiestramiento es un proceso gradual porque nuestra mente actual está muy familiarizada con los engaños y es casi imposible intentar cambiarla de repente. Ahora tenemos una gran oportunidad para lograrlo, ya que poseemos un perfecto renacimiento humano y somos muy afortunados por haber encontrado las enseñanzas de Buda. Pero ¿qué es lo que nos debe impulsar a practicar? El deseo de experimentar felicidad y evitar el sufrimiento. Nuestro problema es el aferramiento a la permanencia y una fuerte actitud mental de autoestima enraizada en lo más profundo de nuestro ser que cuesta mucho eliminar. El adiestramiento mental (Loyong) sirve para superar este obstáculo. Tenemos que convencernos tanto de las desventajas de la autoestima como de los beneficios de valorar a los demás para, finalmente, transformar nuestro egoísmo en amor. Dharmarakshita tuvo un papel destacado en la segunda transmisión del budismo en Tíbet a través de Atisha. Dharmarakshita, en tibetano Lama Serlingpa (Indonesia, siglo X), vivió la mayor parte de su vida en remotas junglas como un ermitaño donde tuvo la experiencia de la vacuidad por medio del yoga del amor y la compasión. Fue maestro de Atisha a quien dio la transmisión de la bodichita y este, a su vez, a Dromtonpa para pacificar y [...]

Consejos para Meditar en la Impermanencia
Impermanencia o transitoriedad - anicca en pali, anitya en sánscrito - significa “ausencia de continuidad o permanencia”. Según Buda, cualquier ser, objeto o fenómeno está cambiando continuamente y sujeto al surgir y cesar; es, por tanto, impermanente. El cambio es inevitable, nada es estático, todo es dinámico. La sucesión de las estaciones, la caída de las hojas y otros fenómenos naturales nos dan lecciones sobre de impermanencia. Como dijo Milarepa: "Veo todo a mi alrededor como una enseñanza”. La impermanencia está frente a nuestros ojos todo el tiempo: el día se inicia y acaba, puede empezar soleado y luego nublarse, nada es igual todo el tiempo. Así también es la mente: hoy está feliz y mañana puede no estarlo. Todo lo que experimentamos con nuestros sentidos es impermanente: pensamientos, emociones, sensaciones vienen y van. Cuando creemos que las cosas o personas que nos rodean son permanentes, son concretos, nos apegamos y sufrimos. Cuando Buda impartió sus primeras enseñanzas e hizo girar por primera la rueda del Dharma en Benarés, habló de las “Cuatro Nobles Verdades”: la verdad del sufrimiento, el origen del sufrimiento, la cesación del sufrimiento y el camino que conduce a la cesación del sufrimiento. En la primera verdad se habla de la impermanencia, es decir: nada permanece para siempre. Esta es la primera de las tres realidades de la existencia (las otras son el sufrimiento (dukkha) y la inexistencia del yo (anatta). Hay dos niveles de impermanencia: Una impermanencia sutil que se refiere al cambio y desintegración que sucede momento a momento; por ejemplo, nuestro cuerpo va agotando su energía vital a cada instante, segundo a segundo, en un constante proceso de deterioro. Una impermanencia burda que, en nuestro caso, se refiere a la muerte En “Los Cuatro Sellos” del budismo también conocidos como las cuatro llaves de la enseñanza de Buda, vinculadas con las Cuatro Nobles Verdades, que son el origen de toda la enseñanza budista, se expone: Primer sello: todos los fenómenos compuestos son impermanentes. Segundo sello: todos los fenómenos contaminados son dukkha (insatisfactorios por naturaleza). Tercer sello: todos los fenómenos carecen de un “yo”. Cuarto sello: el nirvana es la paz. Es decir, todos los fenómenos compuestos son impermanentes, todo lo que es fabricado o compuesto surge debido a causas y condiciones. Por lo tanto, es impermanente o transitorio, es decir, cambia momento a momento. ¿Por qué? Porque, puesto que la energía causal está cambiando cada momento, el resultado será de la naturaleza del cambio. Puesto que la energía causal tiene un final, también debe tenerlo su resultado. Como las condiciones se modifican a cada instante, esto hace que lo que nace también muere desde el mismo instante de su nacimiento, todo fenómeno compuesto se dirige hacia su destrucción. Impartido por Muy Venerable Lama Geshe Tsering Palden. FECHAS: 7 y 8 de marzo HORARIO: sábado: de 11:00 a 14:00 h y de 17:00 a 19:00 h. domingo: de 11:00 h a 14:00 h. Curso de budismo Geshe Tsering Palden Nombre y apellidos Teléfono Email N.I.F. Domicilio Localidad Código Postal País Aportación para la asistencia al curso: 65 € Todos los campos son obligatorios Imprescindible inscripción previa, plazas limitadas. Modalidad online A través [...]

Retiro corto de Chenrezig
El Buda de la Compasión Avalokiteshvara, en sánscrito, en tíbetano Chenrezig. Chenrezig es una palabra tibetana compuesta de la partícula chenre, que significa ojos, y zig, que significa mirar. En consecuencia, Chenrezig puede traducirse como "ojos que miran". En Tibet, se le considera el protector del país. Avalokiteshvara, o Chenrezig, es el gran bodhisattva que personifica la compasión. Sin duda, es el más popular de todos los bodhisattva en el vehículo Mahayana. Ligado íntimamente al buda Amitaba, del cual es una emanación, se le considera como su manifestación en Sambhogakaya, que se despliega bajo toda suerte de formas para acudir en ayuda de los seres vivos. Cuando Chenrezig observó a los seres con su gran compasión, vio que estos estaban cubiertos de muchos velos kármicos resultado del deseo, la aversión, la ignorancia, los celos, y el orgullo. Su sufrimiento era innumerable. Entonces, derramó una lágrima desde cada ojo. Tara apareció de la lágrima en el ojo derecho y la diosa Lhamo Trulnyerchen de la del izquierdo. Las dos deidades se volvieron hacia él y le dijeron: «No estés asustado. Te ayudaremos con tu misión para beneficiar a los seres.» Luego, se fundieron nuevamente en sus ojos. En presencia de Amitabha, Chenrezig pensó: «Mientras que haya un solo ser que no haya obtenido el despertar, me esforzaré por el beneficio de todos, y si rompo esta promesa, ¡pueda mi cabeza y cuerpo romperse en mil pedazos!» Amitabha entendió este pensamiento y le dijo, «Esta promesa es excelente. Yo y todos los buddhas de los tres tiempos, hemos tomado esos compromisos, y hemos obtenido el despertar por el beneficio de todos. Yo te ayudaré a cumplir eso que has prometido». Entonces, el cuerpo de Chenrezig emitió seis rayos de luz que produjeron emanaciones para poder actuar en beneficio de todos y cada uno de los seres en los seis reinos: humanos, dioses, semi-dioses, animales, espíritus hambrientos y seres infernales. Así, trabajó durante muchas kalpas. Un día, desde la parte más alta del monte Meru, miró con su ojo de sabiduría para ver si había liberado a muchos seres y si el número de seres en el samsara había descendido. Lamentablemente, vio que eran aún innumerables, lo que le sumió en una gran tristeza: «Yo no tengo la capacidad de ayudar a los seres; es mejor que descanse en el Nirvana.» Este pensamiento contradijo su promesa, y explotó en mil pedazos cayendo en un intenso sufrimiento. Amitabha, por el poder de su gracia, reconstruyó el cuerpo de Chenrezig, le dió once caras y mil brazos similares a mil bastones de la rueda de un monarca universal, y mil ojos que simbolizan a los mil buddhas de la kalpa presente. Con esa forma, además de con las de dos y cuatro brazos, Chenrezig pudo ayudar a los seres. Amitabha le pidió a Chenrezig retomar su promesa con aún más vigor que antes y luego le trasmitió el mantra de las seis sílabas: OM MANI PADME HUNG. En el Tibet, este mantra está en boca de todos, escrito o grabado sobre piedras planas o en los molinos de plegarias. Se recomienda su recitación para cualquier [...]

El yoga del espacio
Alabanza al Dharmadhatu La Alabanza al Dharmadhatu es un texto del Maestro Nagarjuna (150-250) sobre la «naturaleza de buda». Se refieren a la última serie de enseñanzas de Buda comprendidas en el tercer giro de la Rueda del Dharma, y que también es el tema principal de La Continuidad Sublime, uno de los Cinco Tratados de Maitreya. Estas obras son comentarios sobre los Sutras del Tathagatagarbha que se encuentran en la serie final de enseñanzas sobre la vacuidad. Dharmadhatu, en sánscrito, en tibetano chos-kyi dbyings. Literalmente, “espacio de la realidad absoluta”. Se trata de la dimensión global, de la esfera no-dual percibida por los budas en el dharmakaya (cuerpo de la verdad), dimensión de la verdadera naturaleza de los fenómenos, vacuidad inmutable más allá de las causas y los efectos, dimensión en la que todos los fenómenos “parecen” nacer, manifestarse y desaparecer. Dentro de este contexto, representa el cosmos en su totalidad simbolizado por el Buda Vairochana, el Buda blanco. Por lo tanto, la Sabiduría del dharmadhatu conlleva el conocimiento directo del cosmos en su totalidad como algo idéntico a la Realidad misma. Dharmadhatu es la mente purificada en su estado natural, libre de oscurecimientos. Es la esencia, calidad o naturaleza de la mente, la base fundamental de la conciencia del trikaya , al que se accede a través de la corriente mental. Cuando la naturaleza búdica se ha realizado, el dharmadhatu también se conoce como el Dharmakaya, el cuerpo del Dharma de la Verdad . El Dharmadhātustava ("Elogio del Dharmadhátu") de Nagarjuna* dice: Rindo homenaje al Joven Mañjushri. Me postro ante ti, el Dharmadhatu, que resides en cada uno de los seres sintientes. Pero si ellos no son conscientes de ti, giran a través de esta Triple Existencia cuando lo que forma la causa de todo el samsara. Es purificado a través de los diversos niveles del Sendero. Esta pureza misma es el Nirvana; Precisamente esto también es el Dharmakaya. * Nagarjuna, nacido en el sur de la India, en una familia de brahmanes, probablemente a finales del siglo I, transmitió las enseñanzas del linaje de la visión profunda de la vacuidad de Manjushri. Fue fundador de la escuela Madhyamika, (La Vía media o La Vía del medio) a la que Buda hizo referencia en sus primeras enseñanzas. Según esta escuela, la vacuidad no es un concepto filosófico, sino la experiencia de la realidad última de todas las cosas Su vida se encuentra rodeada de numerosas leyendas. En una ocasión en que Nagarjuna estaba dando enseñanzas sobre el prajnaparamita, llegaron seis nagas y formaron una sombrilla sobre su cabeza para protegerle del sol. Por esto, la representación iconográfica de Nagarjuna tiene seis nagas sobre su cabeza. De este acontecimiento, él obtuvo el nombre de Naga. Y por el hecho de que su habilidad al enseñar el Darma iba directamente a la diana, como las flechas del famoso arquero Arjuna (el nombre del héroe en el clásico hindú, Bhagavad Gita), obtuvo el nombre Arjuna. Así fue llamado “Nagarjuna”. Impartido por Muy Venerable Lama Geshe Tsering Palden. FECHAS: 11 y 12 de enero HORARIO: sábado: de 11:00 a 14:00 h y de 17:00 a 19:00 h. domingo: de 11:00 h a 14:00 h. Curso [...]

RETIRO DE CHENREZIG, EL Buda de la Compasión
Avalokiteshvara, en sánscrito, en tíbetano Chenrezig. Chenrezig es una palabra tibetana compuesta de la partícula chenre, que significa ojos, y zig, que significa mirar. En consecuencia, Chenrezig puede traducirse como “ojos que miran”. En Tibet, se le considera el protector del país. Avalokiteshvara, o Chenrezig, es el gran bodhisattva que personifica la compasión. Sin duda, es el más popular de todos los bodhisattva en el vehículo Mahayana. Ligado íntimamente al buda Amitaba, del cual es una emanación, se le considera como su manifestación en Sambhogakaya, que se despliega bajo toda suerte de formas para acudir en ayuda de los seres vivos. Cuando Chenrezig observó a los seres con su gran compasión, vio que estos estaban cubiertos de muchos velos kármicos resultado del deseo, la aversión, la ignorancia, los celos, y el orgullo. Su sufrimiento era innumerable. Entonces, derramó una lágrima desde cada ojo. Tara apareció de la lágrima en el ojo derecho y la diosa Lhamo Trulnyerchen de la del izquierdo. Las dos deidades se volvieron hacia él y le dijeron: «No estés asustado. Te ayudaremos con tu misión para beneficiar a los seres.» Luego, se fundieron nuevamente en sus ojos. En presencia de Amitabha, Chenrezig pensó: «Mientras que haya un solo ser que no haya obtenido el despertar, me esforzaré por el beneficio de todos, y si rompo esta promesa, ¡pueda mi cabeza y cuerpo romperse en mil pedazos!» Amitabha entendió este pensamiento y le dijo, «Esta promesa es excelente. Yo y todos los buddhas de los tres tiempos, hemos tomado esos compromisos, y hemos obtenido el despertar por el beneficio de todos. Yo te ayudaré a cumplir eso que has prometido». Entonces, el cuerpo de Chenrezig emitió seis rayos de luz que produjeron emanaciones para poder actuar en beneficio de todos y cada uno de los seres en los seis reinos: humanos, dioses, semi-dioses, animales, espíritus hambrientos y seres infernales. Así, trabajó durante muchas kalpas. Un día, desde la parte más alta del monte Meru, miró con su ojo de sabiduría para ver si había liberado a muchos seres y si el número de seres en el samsara había descendido. Lamentablemente, vio que eran aún innumerables, lo que le sumió en una gran tristeza: «Yo no tengo la capacidad de ayudar a los seres; es mejor que descanse en el Nirvana.» Este pensamiento contradijo su promesa, y explotó en mil pedazos cayendo en un intenso sufrimiento. Amitabha, por el poder de su gracia, reconstruyó el cuerpo de Chenrezig, le dió once caras y mil brazos similares a mil bastones de la rueda de un monarca universal, y mil ojos que simbolizan a los mil buddhas de la kalpa presente. Con esa forma, además de con las de dos y cuatro brazos, Chenrezig pudo ayudar a los seres. Amitabha le pidió a Chenrezig retomar su promesa con aún más vigor que antes y luego le trasmitió el mantra de las seis sílabas: OM MANI PADME HUNG. En el Tibet, este mantra está en boca de todos, escrito o grabado sobre piedras planas o en los molinos de plegarias. Se recomienda su recitación para cualquier situación de peligro, de […]

El Poder de la Compasión
Desarrollo de la bodhichita, e intercambiarse por los demás. La bodichita se refiere al corazón enfocado en el logro de la budeidad, un corazón que dice con determinación: “Tengo que superar todas mis limitaciones y desarrollar todos mis potenciales para poder ser de beneficio para todos”. Nos esforzamos por iluminarnos, no sólo porque es la mejor y más grande aspiración, sino porque al lograrlo podremos ayudar a todos los seres. La bodichita se basa en el amor y la compasión. Pero no es solo eso, sino que va más allá: su objetivo es motivarnos para convertirnos en Budas completamente iluminados para el beneficio de todos los seres sintientes. Se dice que toda la felicidad proviene de la bodichita. Queremos generar amor (el deseo de que todos los seres sean felices) y compasión (el deseo de que se liberen del sufrimiento). Para alcanzar estos objetivos y poder llevar felicidad a todos los seres y ayudarlos a despojarse del sufrimiento, tenemos que convertirnos en Budas. La bodichita incluye sentir el mismo amor y compasión por todos los seres, sin favorecer a amigos y sin prejuicios hacia personas que nos desagradan. Una de las principales cosas que hay que superar para desarrollar amor, compasión y alcanzar la bodichita es el pensamiento egocéntrico. El lamrim, o camino gradual a la iluminación, trabaja con caminos que van desde la motivación en el nivel más inferior o inicial, hasta el más alto nivel de desarrollo espiritual. La motivación espiritual inicial consiste en trabajar para la felicidad de nuestras vidas futuras. El esfuerzo únicamente por la felicidad en esta vida es lo que hace todo el mundo. Hasta los animales se preocupan por su alimento y el cuidado de sus crías y, aunque este es un interés esencial, no es necesariamente parte de una práctica espiritual. Uno de los métodos para cultivar la intención altruista (el deseo de que los demás experimenten felicidad y estén libres de sufrimiento) es “igualarse” e “intercambiarse” con los demás. “Igualarnos con los demás” implica reconocer que nuestro deseo de alegría y de vernos libres de desdicha es tan fuerte y tan importante como el deseo de los demás. “Intercambiarnos con los demás” significa que dejamos de centrarnos sólo en nosotros e “intercambiamos” una estrecha perspectiva por otra centrada en el bienestar de los demás. “Igualarse e intercambiarse por los demás” comienza con el cultivo de la ecuanimidad que nos libera del apego, el enojo y la apatía hacia los demás. En este verso, Togme Zangpo nos habla de este método de igualar e intercambiar nuestras actitudes hacia nosotros mismos y hacia los demás para desarrollar la bodichita. “La práctica de un bodisatva es intercambiar de forma pura nuestra felicidad personal por el sufrimiento de los demás, ya que (todos) nuestros sufrimientos, sin excepción, provienen de desear nuestra felicidad personal, mientras que en un Buda completamente iluminado nace de la actitud de desear el bien a otros”. Un bodisatva es aquel cuya motivación primordial, día y noche, es una genuina bodichita. Impartido por Muy Venerable Lama Geshe Tsering Palden. FECHA: 6 de octubre HORARIO: domingo: de 11:00 a 14:00 h y de 17:00 a [...]
Os presentamos las prácticas que de forma estable llevamos a cabo en nuestro centro. Se trata de prácticas que contribuyen a mantener nuestra mente en calma, disponiendo nuestros pensamientos de forma positiva. Que nos infunden energía y determinación para lograr el desarrollo espiritual que pretendemos. Que nos inundan de amor por nosotros mismos y por los demás. Con su realización nos sentimos sostenidos y bendecidos por los Budas y los maestros y adquirimos la certeza de que nuestra transformación es posible.